Valentina Benítez: la música es esencial
- Periódico Vive La 9

- 10 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Valentina Benítez, con tan solo 13 años, ha encontrado en la música un espacio donde puede expresarse libremente, descubrir nuevas facetas de sí misma y experimentar una gran euforia. Desde hace cuatro años, forma parte de la Red de Música de Medellín, un programa que ha sido fundamental para su crecimiento personal y artístico. Su elegido es el oboe, un instrumento que Valentina describe con pasión: “Tiene uno de los sonidos más hermosos y penetrantes que existen”.
La historia de Valentina con la música comenzó en su infancia, marcada por un entorno familiar donde, aunque no había músicos, siempre se fomentó el amor por el arte y la cultura. “Desde chiquita, siempre me han impulsado en el arte, y me parece que la música es esencial en la vida, tanto para escucharla como para hacerla”, comenta con entusiasmo. Este interés inicial pronto se convirtió en un compromiso profundo cuando descubrió el oboe, un instrumento que le permite conectar emocionalmente con cada pieza que interpreta.
Para Valentina, tocar el oboe es más que un pasatiempo; es una experiencia que define como “una felicidad pura”. Este instrumento, conocido por su sonido único y desafiante, le ha permitido desarrollar una relación íntima con la música. A pesar de dedicar alrededor de ocho horas semanales al estudio del oboe, Valentina reconoce que siempre hay margen para mejorar. “Podría dedicarle más tiempo, pero las horas que le dedico me llenan de alegría y satisfacción”, explica.
Su participación en la Red de Música le ha permitido formar parte de agrupaciones como la prebanda y las orquestas sinfónicas iniciales. Estas agrupaciones reúnen a jóvenes de diversas comunas y corregimientos de Medellín, fomentando no solo el aprendizaje musical, sino también el intercambio cultural y la colaboración en equipo. Este ambiente inclusivo ha sido esencial para el desarrollo de Valentina como música y como persona.
Más allá de las habilidades técnicas, Valentina destaca cómo la música ha impactado su vida de manera integral. “He crecido en disciplina y compromiso, porque la verdad intento hacerlo bien. No es solamente el instrumento, también es un poco de crecimiento personal”, explica con sinceridad. Esta dedicación se refleja en cada ensayo y en cada presentación, donde no solo busca perfeccionar su técnica, sino también transmitir emociones y conectar con su público.
Además, la música ha sido clave para fortalecer su vida social. Antes de ingresar a la Red de Música, Valentina era más reservada, pero ahora se siente más segura y abierta a crear vínculos significativos. “He ampliado mi círculo y me ha ayudado a centrarme más en mí, en quién soy y en lo que quiero lograr”, afirma con confianza. Estas interacciones no solo enriquecen su experiencia musical, sino que también le permiten comprender diferentes perspectivas y valorar la diversidad de su entorno.
Aunque Valentina considera la música principalmente como un hobby, mantiene una actitud abierta hacia lo que el futuro pueda ofrecerle. No se siente presionada por definir un objetivo concreto, sino que prefiere disfrutar del proceso y explorar todas las oportunidades que puedan surgir. “No tengo una meta clara, pero quiero ir donde el destino me lleve”, asegura. Para ella, lo importante es seguir aprendiendo, creciendo y disfrutando cada momento con el oboe.
Mientras tanto, Valentina continúa combinando su amor por la música con otras responsabilidades, demostrando una madurez y una dedicación admirables para alguien de su edad. Cada ensayo, cada presentación y cada vínculo que forma en la Red de Música son pasos hacia un futuro lleno de posibilidades, donde la música siempre ocupará un lugar especial.
En un mundo donde las distracciones digitales y las presiones sociales son constantes, historias como la de Valentina destacan la importancia de programas como la Red de Música, que brindan a los jóvenes un entorno seguro y enriquecedor para desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial. La música no solo es esencial para Valentina; también es un puente hacia un futuro lleno de esperanza y oportunidades.







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